El comercio justo sigue un modelo que busca mejorar y aportar estabilidad a las condiciones de vida de pequeños agricultores y trabajadores del campo en los países en desarrollo. Determinadas organizaciones de agricultores, como Coagricsal y sus miembros, surgen a partir de recursos financieros adicionales y estructuras organizativas más sólidas como socios conscientes en el mercado mundial. El hecho de que los consumidores y consumidoras seleccionen un producto con la etiqueta de comercio justo supone una aportación tangible a un mundo más equitativo. Los estándares de comercio justo son muy exigentes con la actividad comercial y de cara a los productores.

En beneficio de los productores y las productoras

En los países en desarrollo, es habitual que los pequeños agricultores y empleados vivan en el umbral de la pobreza o en peores condiciones. Sufren las oscilaciones de los precios de la materia prima, el coste de la vida, cada vez mayor, y, a menudo, las consecuencias abusivas de los intermediarios locales. Muchos agricultores se ven obligados a abandonar sus campos por no poder seguir alimentado a su familia, cambiando estos por el hacinamiento de las ciudades. Como consecuencia, surgen los problemas sociales, sanitarios y ecológicos. No obstante, los pequeños agricultores siguen siendo un importante pilar para asegurar el abastecimiento de los países en desarrollo. Ellos producen la mayor parte de los alimentos que se necesitan en el mundo.

El comercio justo funciona

El comercio justo ofrece a más de 1,65 millones de pequeños productores y a sus familias la posibilidad de detener esta espiral de precariedad. Comercio justo significa precios estables de materias primas como el cacao, el café o el arroz, precios que cubren los costes de una producción sostenible. A esto hay que añadir el pago de la bonificación de comercio justo, estructuras de organización más sólidas, la formación continua de los productores, unas buenas condiciones de trabajo y un cultivo respetuoso con el medioambiente. Asimismo, el comercio justo incentiva relaciones comerciales directas a largo plazo.

Lo que hace del comercio justo algo especial

Como distintivo único, el sello de garantía de comercio justo asigna por ley una contribución a inversiones sociales y al desarrollo económico.

La etiqueta de comercio justo simboliza el optimismo de los productores, quienes, con su brazo alzado, transmiten fortaleza y determinación, asociando con este movimiento la constancia de las personas en países en desarrollo a las tendencias internacionales de los consumidores mediante un cambio positivo. El color azul simboliza el potencial de los productores y el color verde, un nuevo crecimiento.