El ritmo de vida es cada vez más acelerado, los aparatos para el hogar ganan en popularidad, pero JURA sufre un duro revés en febrero de 1953. Un terrible incendio que los testigos siguen recordando después de más de medio siglo destruye las fábricas y oficinas por completo. Todavía salía humo de las ruinas de los edificios cuando el fundador Henzirohs decide reconstruirlo todo inmediatamente con sus empleados. La solidaridad mostrada es increíble. Toda la plantilla trabaja a destajo para que la empresa, el empleador más importante de la región, resurja de sus cenizas.
Solo unos meses más tarde, la producción vuelve a estar en marcha. Y con un éxito inmenso. En 1955 una auténtica revolución tecnológica llega a la producción en serie: JURA presenta orgulloso la primera plancha de vapor de la Europa continental. La innovación supone un éxito tremendo y JURA se convierte en sinónimo de planchas de vapor. Aunque el producto arrasa allá por donde va y también se presenta en ferias internacionales, la prioridad es el mercado nacional. Como muestra, las declaraciones del jefe: «Fabricamos para Suiza, lo que sobre, lo podemos exportar».